
El agua al retirarse de algunas zonas, deja el lecho seco, salpicado con el tronco y alguna que otra rama retorcida, ahogadas por el liquido elemento y que te van poniendo la zancadilla si te descuidas, al ir mirando las aves.

En algunas zonas un lodo verde a modo de pegotes húmedos te ponen en sobré aviso de lo que pasaría si andas por ahí.

La necesidad de aproximarte a las balsas, te obliga a moverte entre el terreno seco y el medio húmedo, provocando que al menor descuido dejes una huella profunda en el suelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario