Una tenue luz clarea por el horizonte, que se tiñe carmesí.
Aunque el día anterior vi que había miles de flamencos en balsas más lejanas, hacia Santa Pola, decidí, ir a explorar el interior, en dirección contraria a la carretera y a los flamencos.
La sensación que tuve de la excursión de hoy, fue un poco desalentadora, debido en parte a que vi en general pocas aves, excepto el último tramo. Tal vez este pesimismo sea debido a que fui cargado con el trípode, que aparentemente es ligero y lo cuelgo dentro de una funda, pero a la larga pesa y molesta. Además el sol fue abrasador y a pesar de que suelo estar sobre las diez y algo, de vuelta al campo, creía que el pelo de la cabeza ardería en cualquier momento.
El sol despunta timidamente.
Si a esto le unes, el no llevar ni una gota de agua y el cabreo que coges con la dichosa cámara compacta, por lo limitado que estas en situaciones extremas, a lo mejor me comprendéis.
Y por si esto fuera poco, podemos añadir a las pesadas cigüeñuelas o avocetas que nada mas entrar en su territorio o zona de nidificación, se pasan todo el rato piándote: “Largo”, “Fuera”, “Vete”… y hasta que no te alejas, están sobrevolándote y realizando amagos de picados contra ti, los cuales nunca llegan ni a los tres metros sobre tu cabeza, pero su persistencia y escandalera son algo molestas.
Si a esto le unes, el no llevar ni una gota de agua y el cabreo que coges con la dichosa cámara compacta, por lo limitado que estas en situaciones extremas, a lo mejor me comprendéis.
Y por si esto fuera poco, podemos añadir a las pesadas cigüeñuelas o avocetas que nada mas entrar en su territorio o zona de nidificación, se pasan todo el rato piándote: “Largo”, “Fuera”, “Vete”… y hasta que no te alejas, están sobrevolándote y realizando amagos de picados contra ti, los cuales nunca llegan ni a los tres metros sobre tu cabeza, pero su persistencia y escandalera son algo molestas.
Al fin, un nuevo día llega.
Menos mal que esta vez vine pertrechado de pantalón largo y buenas zapatillas, lo que hizo más cómodo y grata la caminata.
Lo mejor, sin duda, llego en el ultimo tramo, al descubrí una balsa llena de patos y de alguien que llevaba una barquita con redes, movida por una vara larga al mas puro estilo de “Cañas y barro”.
En fin aquí os dejo una muestra de lo que fue ese día.
Menos mal que esta vez vine pertrechado de pantalón largo y buenas zapatillas, lo que hizo más cómodo y grata la caminata.
Lo mejor, sin duda, llego en el ultimo tramo, al descubrí una balsa llena de patos y de alguien que llevaba una barquita con redes, movida por una vara larga al mas puro estilo de “Cañas y barro”.
En fin aquí os dejo una muestra de lo que fue ese día.
Bandada de aves levantando el vuelo.
El barquero de Sevilla o de las Salinas, atraviesa las aguas con sus redes.
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